Al igual que ocurre con otros recursos productivos (trabajo, capital, recursos hídricos, etc.) la eficiencia en el ámbito de la energía se refiere a la relación entre los resultados obtenidos y los recursos, en este caso energéticos, utilizados para su consecución. En términos macroeconómicos, la eficiencia energética se analiza a través del concepto de intensidad energética, que se calcula como el cociente entre el consumo energético de una economía y su producto interior bruto (PIB). Es decir, muestra la cantidad de energía necesaria para producir una unidad de PIB en la economía.
A pesar de la importancia de mejorar la eficiencia energética para los objetivos de sostenibilidad económica y ambiental , la evolución histórica de esta variable no ha sido plenamente satisfactoria en España hasta el año 2005. Sin embargo, como se puede ver en la Figura 1‑1, entre 2005 y 2015 se observa un gran avance en la mejora de la intensidad energética final, descendiendo aproximadamente un 20%.